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martes, mayo 17, 2005

Un dia

La mañana:
La mañana fue de duda, como todo nacimiento. El punto de partida de este amor, fue el juego prohibido entre los dos. Helena estaba en pareja con alguien que no le importaba, Julio con miedo a enamorarse de la novia de su mejor amigo. Siempre ella fue la que lidero y lo llevo. Supo lo que quería, como lo quería y cuando. Julio simplemente se dejo llevar. El amigo fue olvidado y juntos empezaron a conocerse.
El mediodía
Helena y Julio compartieron mas que lo que dos personas jamas compartieron. No eran una pareja, eran la representación de lo que el amor debe ser. Eran más que dos, eran uno. Pasaron meses que se sintieron como segundos, vivieron instantes que recordarían por vidas. Solo por caprichos del destino paso un año, tal vez dos, no importaba, nadie los contaba. Julio solo vivía para Helena, Helena solo vivía para…
La tarde
Los planes crecían cada vez más rápidos, el futuro para ellos era ahora. La vida los cambiaba, los moldeaba a su juguetona manera. El destino jugo, como solo juegan aquellos que no tienen nada que perder. No había tiempo para el tiempo, no había una nube que opaque el sol, tal vez solo una, pero nadie la vio hasta que oscureció…
La noche
Así como el verano tiene su invierno, la primavera del amor tiene el otoño de la fría realidad.
El miedo de perderse los domino, julio temió que alguien mas quisiera a Helena. Helena siempre quiso ver más allá, pero terminaba viendo hacia atrás. Hacia el pasado, hacia la duda y el olvido. Y termino como toda historia de amor tiene que terminar. Ella volvió con aquel amigo sin nombre y sin vida, que alguna vez desprecio. Dejo a julio, solo por miedo a que el la dejara a ella. No quería sufrir, no podía entender. Julio tampoco podía, su mundo se vino abajo, en un día, en una tarde, en una noche.