Google

jueves, octubre 19, 2006

Guerra

Los ruidos de la ultima noche todavia retumbaban en su cabeza. Era muy dificil para el olvidar todos los lamentos y gritos de agonia que habia oido. A pesar de su avanzada edad y de su tremula experiencia jamas olvidara esos ojos pequeños y llorosos que le imploraban piedad. Pero esas no eran sus ordenes, sus ordenes era pasar a fuego y espada toda la aldea, que no quedara piedra sobre piedra, y como buen soldado, eso fue lo que hizo. Mientras se arreglaba sus ropas y se tiraba algo de agua en el rostro, pensaba en como podia dejar todo eso atrás. Salio de su tienda y vio cenizas y tierra quemada hasta donde alcanzaba su vista. Mientras miraba el horizonte veia como, casi de la nda venian algnas figuras, que a medidad que se acercaban podia reconocer como el caballo del rey de sus generales, seguramente para controlar que sus ordenes habian sido seguidas.
- Salve, mi rey – dijo el anciano general mientras se alineaba y hacia el clasico saludo –
- Salve, general, fueron mis ordenes cumplidas?
- Completamente, mi señor, las fuerzas enemigas fueron diezmadas, los sobrevivientes y heridos, pasados por la espada junto con las mujeres y niños.
- Excelente – dijo el Rey, de manera despectiva mientras observaba lo que alguna vez habia sido una orgullosa ciudad –

El rey y su corte dejaron al general solo mientras inspeccionaban el campo de batalla.